¿Cómo aplicar los objetivos de desarrollo sostenible en tu empresa?

¿Cómo aplicar los objetivos de desarrollo sostenible en tu empresa?

Los objetivos de desarrollo sostenible pertenecen a una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas que pretenden construir un futuro mejor. Se trata de diecisiete objetivos diferentes, encuadrados en distintas áreas que buscan ser una guía para empresas, organizaciones sin ánimo de lucro, Estados e, incluso, particulares.

Estos objetivos se quieren conseguir para el año 2030, razón por la que también se conocen como Plan 2030 o Agenda 2030. Igualmente, los diferentes países miembros de la ONU han elaborado sus propias estrategias nacionales para poder cumplir con su parte en esta Agenda 2030.

Para las empresas, los objetivos de desarrollo sostenible son más que parte de su Compromiso RSE. También suponen una oportunidad única de modernizarse, adaptarse a los nuevos tiempos y encontrar subvenciones europeas, estatales, regionales, municipales y de otros organismos en su camino hasta convertirse en una empresa sostenible.

En este artículo, vamos a explicar la importancia de la sostenibilidad en las empresas con diferentes ejemplos de aplicación de los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible. En muchas ocasiones, los objetivos pueden parecer algo abstracto o difícil de concretar en acciones concretas, sin embargo, cada empresa tiene una mayor afinidad con unos u otros objetivos según su campo de actuación, pudiendo poner su granito de arena para construir ese mundo mejor que todos nos merecemos.

17 objetivos del desarrollo sostenible

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Antes de nada, vamos a ver el listado de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible u ODS, según la ONU.

1. Fin de la pobreza

2. Hambre cero

3. Salud y bienestar

4. Educación de calidad

5. Igualdad de género

6. Agua limpia y saneamiento

7. Energía asequible y no contaminante

8. Trabajo decente y crecimiento económico

9. Industria, innovación e infraestructura

10. Reducción de desigualdades

11. Ciudades y comunidades sostenibles

12. Producción y consumo responsables

13. Acción por el clima

14. Vida submarina

15. Vida de ecosistemas terrestres

16. Paz, justicia e instituciones sólidas

17. Alianzas para lograr los objetivos

Ejemplos de aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible en empresas

Huella de carbono

Muchos de estos ejemplos se retroalimentan entre diferentes objetivos. Es decir, si, por ejemplo, apostamos por energías renovables, estaremos cumpliendo el objetivo de energía asequible y no contaminante pero también el de producción y consumo responsable o el de industria, innovación e infraestructura.

 O, por poner otro ejemplo, las medidas de igualdad de género como el Plan de Igualdad también afectan a la reducción de desigualdades, el trabajo decente o la creación de ciudades y comunidades sostenibles.

Por ello, tratar de cumplir los objetivos de desarrollo sostenible en tu empresa no supone tener que introducir diecisiete medidas diferentes en tu estrategia de responsabilidad corporativa. Se trata de buscar aquellos aspectos en los que podemos marcar la diferencia y ver en qué objetivos impactan.

De esta manera, podremos comunicar nuestras acciones y solicitar subvenciones y ayudas cuando proceda.

Fin de la pobreza

Dentro de las políticas de responsabilidad social corporativa, las acciones encaminadas a la reducción de la pobreza son las más transversales. Aquí la propia creación de trabajo digno es una de las acciones más comunes.

También la puesta en marcha de programas de cooperación al desarrollo o la donación de herramientas que puedan utilizarse para generar valor en comunidades que vivan bajo el umbral de la pobreza pueden ser otra forma de participación.

Hambre cero

El hambre es otro de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Evitar el desperdicio de alimentos, donar excedentes y participar en programas de cooperación y donación a los más necesitados son acciones posibles en cualquier organización.

Igualmente, las empresas agroalimentarias y de I+D pueden crear proyectos para mejorar la productividad agrícola así como promover la investigación en nuevos alimentos que puedan evitar la desnutrición.

Salud y bienestar

La salud y bienestar es el tercero de los objetivos de desarrollo sostenible. En el ámbito empresarial cobra una gran importancia la prevención de riesgos laborales.

Igualmente, se puede promover la salud y bienestar de los empleados ofreciendo seguros de salud, menús saludables si contamos con servicio de comedor, gimnasio o incluso escritorios sit-stand y otros mobiliarios ergonómicos que mejoren nuestra postura en el día a día.

Fuera de la empresa también se puede ayudar a generar un mundo más saludable con campañas de sensibilización, por medio de la investigación, con la donación de material a hospitales de países en desarrollo, etc. Las opciones son casi infinitas.

Educación de calidad

La educación es clave para conseguir un futuro mejor para todos. La manera más sencilla para la empresa de contribuir es mediante programas de becas y formación, que les permita poner su granito de arena a la vez que logran un personal que encaja a la perfección con la compañía.

Estos programas también pueden funcionar a nivel internacional si queremos tener un impacto internacional.

Igualdad de género

Contar con un Plan de Igualdad es obligatorio para muchas empresas. Si no es el caso, igualmente puedes adelantarte y ponerlo en marcha asegurando que hombres y mujeres tengan los mismos derechos en tu compañía.

El techo de cristal y la brecha salarial son dos problemas habituales para las mujeres de todo el mundo, que ganan menos que los hombres y tienen mucho más complicado acceder a puestos directivos. Garantizar que esto no ocurre en tu compañía permitirá que esta sea un lugar más sostenible y con un mejor employer branding.

Agua limpia y saneamiento

La gestión del agua y los recursos hídricos es también fundamental para hacer frente a la emergencia climática. En muchos casos, si no producimos productos nosotros mismos puede parecer que no tenemos mucha influencia pero, sin embargo, hay mucho que podemos hacer.

Desde tener sistemas de ahorro de agua en los WC, a la utilización de productos de limpieza en seco para el saneamiento o no contaminantes. Evitar el desperdicio de agua en el día a día puede suponer un verdadero impacto en el medio ambiente.

Energía asequible y no contaminante

El uso de la energía es también importantísimo si estamos buscando el desarrollo sostenible. Aquí entra tanto aspectos como la huella de carbono en las empresas y las medidas energéticas para reducirla consumiendo energía limpia, como la propia eficiencia energética de la maquinaria que se utilice.

Hablamos de maquinaria, pero también puede ser la sustitución de la iluminación por bombillas de bajo consumo, incorporar días de teletrabajo para poder apagar las oficinas algunos días a la semana o medidas similares.

Trabajo decente y crecimiento económico

La calidad del trabajo es clave para poder mantener el crecimiento económico a medio y largo plazo. No solo estamos hablando del propio personal de la empresa y los puestos directos que genere, sino también los puestos indirectos.

En lo referente al propio personal, son imprescindibles los planes de desarrollo de talento para que los empleados puedan crecer y mejorar en la organización, mientras que en los puestos indirectos se puede evitar contratar proveedores que no tengan condiciones de trabajo dignas, especialmente cuando subcontratamos en otros países con una menor regulación laboral.  

Industria, innovación e infraestructura

La innovación en la industria permite hacer frente a muchos de estos retos a los que nos estamos enfrentando. Es muy importante para las empresas que en sus departamentos de I+D el desarrollo sostenible esté siempre presente.

En casos de empresas más pequeñas, pueden comenzar por pequeños cambios que suponen también un ahorro de costes. Por ejemplo, la transición ecológica a cloud permite ser más sostenibles en el almacenamiento de nuestra data, pudiendo contratarlo con proveedores sostenibles que funcionan con energía limpia.

Reducción de desigualdades

La reducción de desigualdades es otro objetivo primordial para la ONU en el que cualquier empresa tiene mucho que decir. Ofrecer programas de formación o trabajo a personas en exclusión social es una manera clara de mejorar la situación desde la empresa.

También el apoyo a organizaciones no gubernamentales y programas de desarrollo sostenible en el extranjero, ya que por muy pequeña que sea la aportación puede marcar una diferencia real para la vida de las personas que más lo necesitan.

Ciudades y comunidades sostenibles

Los objetivos centrados en las ciudades y comunidades sostenibles son también bastante amplios y transversales. Todas las acciones que se realicen en la empresa en beneficio de su propia comunidad entran en esta categoría.

Por ejemplo, si ponemos autobuses para traer a los trabajadores a la oficina y reducir la contaminación ambiental que producirían si fueran en sus vehículos privados, entraría también dentro de este objetivo. No solo se reduce la contaminación, sino también el tráfico generando calles más seguras y habitables.

Producción y consumo responsables

Las acciones encaminadas a conseguir el Net Zero se pueden incluir en esta categoría. También las relacionadas con el reciclaje, algo disponible para cualquier tipo de empresa, sea cual sea su tamaño.

Por supuesto, si producimos productos y no solo ofertamos servicios, también podemos realizar acciones de sostenibilidad en la producción y no solo en el consumo.

Acción por el clima

Ya hemos hablado del cálculo de la huella de carbono, uno de los aspectos clave en la acción por el clima que podemos realizar desde las empresas. También otros aspectos mencionados anteriormente, como el reciclaje o la utilización de energía limpia o software en la nube, tendrán su impacto para frenar la emergencia climática.

La acción por el clima es uno de los objetivos principales de desarrollo sostenible y toda empresa tiene alguna iniciativa que se puede incluir dentro del mismo.

Vida submarina

Cuidar los océanos y la vida submarina es responsabilidad de todos. Si nuestra empresa está ubicada en la costa puede que tenga un impacto más grande, especialmente en la gestión de residuos pero las compañías de interior tampoco se libran de impactar el medio marino.

Por ejemplo, con el uso de plásticos. La reducción de los plásticos puede ayudar a la biodiversidad marina y salvar un ecosistema del que dependen más de trescientos millones de personas en el planeta.

Vida de ecosistemas terrestres

Tan importante como el mar son los ecosistemas terrestres. Aquí es incluso más habitual que se trabaje, especialmente con programas de reforestación para paliar la huella energética. De nuevo, la reducción de residuos y el reciclaje tiene un impacto muy positivo en el medio.

Paz, justicia e instituciones sólidas

El apartado de paz, justicia e instituciones sólidas está más indicada a organismos gubernamentales que a empresas privadas. Aun así, hay algunos aspectos que sí que se pueden trabajar desde el sector privado, como la adaptación de los bancos a nuevas normas regulatorias.

Programas de acogida y trabajo a refugiados, como los que se han popularizado en diferentes empresas con la guerra de Ucrania, también entran dentro de este apartado.

Alianzas para lograr los objetivos

Por último, se deben realizar alianzas entre los diferentes actores (empresas, gobiernos, organizaciones supranacionales y no gubernamentales, particulares, etc) para crear sinergias y favorecer la consecución de estos diecisiete objetivos de desarrollo sostenible.

Uno de los ejemplos más claros es B Corp, una certificación que comparten empresas y ciudades de todo el mundo y que garantiza su apuesta por la sostenibilidad.

Metodología para aplicar los objetivos de desarrollo sostenible

Interior de empresa sostenible

Una vez que ya conocemos ejemplos para definir nuestros objetivos específicos dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, vamos a ver qué metodología seguir para encontrar nuestros propios objetivos.

El primer paso es llevar a cabo un análisis interno de la compañía: ¿cuáles son los valores corporativos? ¿Cuál es la visión del mundo que tiene? ¿Cuál es la misión que quiere cumplir? Es decir, nuestro diagnóstico de sostenibilidad.

Una vez que hayamos respondido a estas preguntas, toca hablar con aquellos grupos de interés que nos puedan ayudar a llevar a cabo esta realidad. Por ejemplo, si estamos comprometidos con un mundo más sostenible, podemos hablar con alguna ONG medioambiental, si nos preocupa la inserción sociolaboral de las personas en exclusión social podremos ver sus necesidades con los servicios sociales de nuestra localidad, etc.

A la vez, hay que realizar un análisis externo. ¿Qué hacen otros actores similares a nosotros respecto a los ODS? ¿En qué actuaciones nos podemos inspirar?

Finalmente, en un trabajo interno hay que identificar los ODS en los que trabajar. Para ello hay que tener en cuenta a los trabajadores. Podemos donar excedente a personas necesitadas, establecer medidas de teletrabajo o conciliación familiar, etc…

Llega el momento de hacer el plan de sostenibilidad. Aquí debemos tener objetivos y metas, pero también los recursos a utilizar y un calendario de seguimiento. Por supuesto, estos objetivos deben ser medibles.

Por último, hay que comunicar lo que se está haciendo, tanto a través de la memoria de sostenibilidad como mediante otros mecanismos de divulgación.

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