La importancia de la sostenibilidad en las empresas es cada vez mayor. Hemos pasado de un periodo en el que se consideraba la sostenibilidad una cuestión que atañía únicamente a las grandes corporaciones a darnos cuenta de que se trata de una problemática transversal.
O, más que una problemática, también una nueva oportunidad. Y no solo para lograr un capitalismo consciente, sino para ser más eficientes, ahorrar costes y ser más competitivos.
Con la Cuarta Revolución Industrial dando sus primeros pasos, el compromiso RSE o de responsabilidad social empresarial se ha convertido en parte de la identidad de una empresa.
Ya no se trata sobre ser una empresa sostenible, eso se da por hecho. Ahora se trata de la política de responsabilidad social corporativa concreta que llevamos a cabo. Nuestras acciones serán las que nos definirán y no el simple hecho de tener RSC.
Mientras que a principios del siglo XXI esta exigencia se volcaba en las principales empresas y corporaciones, en la tercera década del mismo vemos que tanto la legislación como el público también exige ese compromiso de las PYMEs, ya que son el verdadero tejido vertebrador de la sociedad.
Desde las instituciones se entiende que teniendo en cuenta que las PYMEs suponen el 95% del tejido empresarial de nuestro país, su transformación supone también la transformación del país en un lugar más sostenible y responsable socialmente. Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el pasado abril de 2022 había en España 2.938.000 pymes.
Casi tres millones de empresas que tienen que enfrentarse a nuevos retos para lograr la sostenibilidad. Estas son las características, ventajas y principales retos que tienen por delante.
Dejar el mundo mejor que cómo lo encontramos

Una de las ideas clave de la importancia de la sostenibilidad en las empresas pequeñas y medianas es la idea de dejar el mundo mejor que cómo lo encontramos. Es decir, de tener un impacto real y significativo en la sociedad.
Cuando hablamos de sostenibilidad en PYMEs hay que tener en cuenta que cada pequeño detalle cuenta. Por ejemplo, utilizar papel reciclado en vez de papel normal, ser más eficientes en el consumo eléctrico, etc…
Hay un montón de pequeñas cosas que pueden ir haciéndose para paliar nuestra huella de carbono y evitar un impacto negativo. Además, es importante tener en cuenta que no solo hablamos de aspectos medioambientales.
Otros elementos como la calidad del empleo y de las condiciones de trabajo también tienen un efecto sobre nuestro entorno y pueden suponer la diferencia.
Todo pequeño paso en conseguir un mundo mejor en plena emergencia climática y social, es un paso adelante en conseguir una empresa realmente sostenible.
Tener un impacto local

Otro aspecto muy importante al hablar de PYMEs y sostenibilidad es el impacto en las comunidades locales donde se trabaja. Frente a las grandes corporaciones que tienen una influencia global, muchas PYMEs están centradas en una zona muy específica, como un barrio o una localidad.
En otros casos, sin embargo, las PYMEs trabajan con clientes nacionales e incluso internacionales. Esta última tendencia es cada vez más común gracias a la deslocalización de la actividad económica.
Sea como sea, la influencia de las pequeñas y medianas empresas en su entorno es cada vez más importante. Hacer que sea positiva y sea percibida como algo bueno para la comunidad es el objetivo del trabajo de los planes de sostenibilidad.
Este valor añadido supone ventajas para la atracción del talento, pero también a nivel comercial al lograr que los consumidores se conviertan en suscriptores y la sientan como parte de su identidad personal.
De hecho, el aspecto local es cada vez más reforzado en las campañas de marketing y publicidad. Ser “de aquí” y preocuparse por lo “de aquí”, es clave y los actos de la empresa lo tienen que reflejar. Esto incluye aspectos como patrocinar al equipo local, ofrecer descuentos en festividades locales o contratar a proveedores también locales.
Crear una estrategia

La estrategia de responsabilidad social corporativa es fundamental a la hora de resaltar la importancia de la sostenibilidad en las empresas. Sabemos que es muy importante, pero, ¿cómo lo aplicamos?
Y, sobre todo, ¿con qué objetivo? No se trata de ir dando palos de ciego, sino que hay que buscar un objetivo marcado de antemano. Esto es especialmente importante si queremos aprovechar algunas de las subvenciones y ayudas disponibles para mejorar la sostenibilidad de las empresas.
Estas ayudas y subvenciones de organismos públicos tienen una serie de requisitos que tenemos que cumplir. Muchas veces las estrategias de sostenibilidad van dirigidas a este apartado por sus claros beneficios. Permiten una mejora del entorno a la vez que mejoran la competitividad de las empresas.
Así, lo primero que hay que hacer siempre es estudiar la mejor estrategia. Después hay que implementarla y hacer un seguimiento. Por último, hay que analizar los resultados y plantear mejoras en caso de que sea necesario.
Deslocalización de los puestos de trabajo
La deslocalización de los puestos de trabajo, una de las claves de la gig economy, también es fundamental. Ahora que se lleva el trabajo por proyectos, es posible deslocalizar a la plantilla o al menos a determinados departamentos.
Mientras, hay otros que requieren sí o sí de presencialidad. Sin embargo, esta deslocalización que va de la mano de la digitalización de empresas tiene grandes ventajas en sostenibilidad.
Para los trabajadores permiten gastar menos tiempo en desplazamientos y una mayor conciliación. También supone la oportunidad de vivir en zonas con riesgo de despoblación. En un momento en el que la España vaciada se enfrenta a graves problemas, las instituciones están fomentando está deslocalización para evitar que los puestos cualificados se concentren en las grandes áreas metropolitanas.
Para las compañías pequeñas y medianas, esta deslocalización supone una mayor atracción de talento. Así pueden optar a trabajadores independientemente de donde vivan, lo que les permitirá a su vez ser más competitivas.
El teletrabajo supone también menos emisiones en transporte, reduciendo la emisión de CO2.
Optimización del consumo energético

Tampoco nos podemos olvidar de la eficiencia energética. La optimización del consumo energético es una prioridad para empresas y hogares desde que comenzó el siglo XXI.
Para las empresas su ventaja es más que evidente, a menor consumo, mayor ahorro de costes. El coste en electricidad suele ser uno de los más elevados para cualquier empresa, así que la apuesta por la sostenibilidad es obvia.
La optimización del consumo va más allá de poner bombillas o dispositivos más eficientes. También hay que tener en cuenta la maquinaria, los tipos de robots industriales que se utilizan, los vehículos de empresa, etc.
Todos los elementos van sumando para crear una empresa menos contaminante y más rentable. Que estos dos elementos vayan de la mano es una de las claves de la importancia de la sostenibilidad en las empresas pequeñas y medianas, ya que cada euro cuenta para sobrevivir y dar el salto al siguiente nivel.
Mejor reputación

No podemos olvidarnos de la reputación de la empresa. La apuesta por la sostenibilidad hará que sean percibidas como actores de valor en el entorno.
Mejorar la reputación no es tan importante como salvar el planeta y mejorar tu entorno, pero si mientras estás salvando el planeta la visión que tiene la gente sobre tu compañía mejora estamos ante un win win de manual.
Una mayor reputación afecta de manera muy directa a las ventas. La rentabilidad de las empresas con mayor reputación siempre se incrementa. Y es que los consumidores, tanto B2B como B2C prefieren hacer negocios con empresas con buena reputación.
Valor añadido o ventaja competitiva

Por último, no podemos olvidarnos de que la importancia de la sostenibilidad en las empresas medianas y pequeñas es también su valor añadido. Estamos ante una ventaja competitiva clara frente a otros actores del sector si sabemos aprovecharla.
Para ello, podemos estudiar cuáles son las causas o los elementos más importantes para nuestro target. Al centrarnos en ello, hacemos que el beneficio que repercutimos con nuestras acciones también nos repercuta.
Al fin y al cabo, hay un número de causas sostenibles casi infinitas. Poner el foco en las más importantes para nosotros y nuestro público es clave. Ya comentamos que es un punto importantísimo en la estrategia, pero es que ofrecerá un valor transversal.
No solo será importante en los informes anuales de RSC, sino que también lo será en el día a día. Este valor añadido, además, no solo se refleja en el público sino también en el personal.
Una de las claves de la gestión del talento es que se sientan orgullosos del lugar donde trabajan. El valor añadido que aportemos a través de nuestro trabajo de RSE, será un motivo de orgullo para la plantilla si elegimos correctamente.
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