Las condiciones para ser PYME en pleno siglo XXI se ven afectadas por los nuevos retos del nuevo milenio. La mayor parte de nuestro ecosistema empresarial son estas pequeñas y medianas empresas que, sin embargo, encuentran grandes dificultades para sobrevivir.
Ya antes de la pandemia, menos de la mitad de las empresas sobrevivía a los primeros cinco años de vida. Durante el confinamiento, vimos cuando muchas de estas empresas que habían sobrevivido y llevaban años de trayectoria, tenían que cerrar definitivamente.
Según el INE, una de cada seis empresas tuvo que cerrar por la pandemia. De ellas, el 92% eran micropymes y solo un 0,1% empresas de mas de 100 empleados. Además, 323.000 autónomos, el 10% del total, también tuvieron que echar el cierre.
La adaptabilidad a circunstancias adversas sigue siendo el principal problema al que se tienen que enfrentar pequeñas y medianas empresas. Mientras que las empresas más grandes cuentan con un músculo financiero que les permite sobrevivir en épocas de vacas flacas y diversificar sus fuentes de ingresos, no ocurre lo mismo con las PYMEs.
La pandemia del coronavirus solo ha sido un ejemplo más. La subida de los precios de los carburantes y del precio del cereal por el conflicto en Ucrania, por ejemplo, ha continuado esa situación de crisis para algunas empresas.
Si algo hay que tener claro en este momento, es que hace falta tener un plan B y buscar cómo enfrentarse a los nuevos retos. Pero veamos primero qué es una PYME y qué condiciones tiene.
¿Cuáles son las condiciones para ser PYME?

PYME son las siglas de “Pequeña Y Mediana Empresa”. Dependiendo del país, las condiciones para ser PYME pueden variar, por lo que nosotros vamos a hablar de las de España.
En nuestro caso, se trata de una empresa con menos de 250 empleados. Además, su volumen de negocio no debe sobrepasar los 50 millones de euros. Igualmente, su balance general anual no puede sobrepasar los 43 millones de euros.
En muchas ocasiones, para hacerlo más simple en términos administrativos, solo se tiene en cuenta el número de empleados. Así es posible atenerse a un criterio único.
Por otra parte, no se consideran PYMEs las empresas de propiedad pública o las que cuyo capital esté controlado en, al menos, un 25%, por otras empresas que tengan un mayor volumen de negocio o un balance general anual de 50 y 43 millones de euros, respectivamente.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo tiene recogido aquí todas las preguntas más habituales sobre las condiciones para ser PYME.
Aunque todas las empresas con estas características son PYMEs, hay tres subcategorías. Por una parte tenemos la microempresa, por otra la pequeña empresa y, por último, la mediana empresa.
Según el tipo de PYMEs, la legislación así como la solicitud de ayudas o subvenciones funcionará de una manera determinada.
Microempresas
Las microempresas son las empresas más pequeñas dentro de las PYMEs. Hay que tener en cuenta que dentro del número de trabajadores hablamos de socios, propietarios, asalariados y trabajadores temporales. Es decir, si tenemos una empresa con un propietario y diez trabajadores, dos ellos temporales, sería una pequeña empresa y no una microempresa.
No entran dentro de la cuenta personas en contrato de prácticas o formación profesionales, ni progenitores que estén disfrutando del permiso parental.
- Menos de 10 trabajadores
- Volumen de negocio < 2 millones de euros
- Balance General Anual < 2 millones de euros
Pequeñas empresas
En el siguiente escalón se sitúan las pequeñas empresas. Aquí ya hablamos de cifras superiores, con hasta medio centenar de empleados.
- Menos de 50 trabajadores
- Volumen de negocio < 10 millones de euros
- Balance General Anual < 10 millones de euros
Medianas empresas
Son las más grandes dentro de las PYMEs. En este caso hablamos de empresas que pueden considerarse grandes, ya que pueden alcanzar hasta los dos centenares de trabajadores. Igualmente, ya comienzan a tener un importante volumen de negocio anual.
Más allá de estas cifras, pasamos de hablar de PYMEs para hablar de empresas y grandes empresas.
- Menos de 250 trabajadores
- Volumen de negocio anual < 50 millones de euros
- Balance General Anual < 43 millones de euros
Los retos de la PYMEs para el siglo XXI

Una vez vistas las condiciones para ser PYME, vayamos a los retos. Los retos en la creación de PYMES más importantes son aquellos que tienen que ver con la competitividad.
La digitalización y la llegada de la Cuarta Revolución Industrial ha conllevado un proceso de transformación muy ambicioso que las grandes compañías ya han abordado. Ahora que los costes de esta transformación digital son más bajos, es el momento de unirse a esta revolución.
Tener procesos digitalizados más eficientes, un personal más formado y saber cómo usar la inteligencia artificial en las empresas y el business analytics, permitirá a las PYMEs ganar en competitividad y ahorrar costes.
Veamos cada reto uno por uno.
Digitalización

La digitalización para empresas es el reto más importante de esta década del siglo XXI. La gestión integral de procesos de manera automática permite llegar a más sin necesitar más personal.
Para ayudarte en tu digitalización hay cada vez más opciones, como el Kit Digital para PYMEs. Estas ayudas permiten elegir entre distintos apartados como página web, ciberseguridad, social media, analítica, etc, que se pueden combinar entre sí para dar un paso de gigante en la digitalización de la empresa.
Tras una primera etapa centrada en empresas medianas, las microempresas y pequeñas empresas pueden empezar a solicitar su bono digital a agentes digitalizadores como nosotros.
Sea con o sin el Kit Digital, la digitalización es imprescindible si queremos tener una empresa adaptada a los tiempos que corren. No es necesario que queramos vender online, simplemente poder digitalizar aspectos como la presentación de facturas, la generación de nóminas u otros procesos del día a día harán que merezca la pena.
Industria 4.0 e Inteligencia Artificial

Por otro lado, no podemos olvidarnos de la inteligencia artificial. Aunque parezca un elemento de ciencia ficción, la realidad es que ya está en marcha y podemos utilizarla en nuestra pyme.
Unida al uso de big data, cada vez es más fácil encontrar las claves para el éxito.
Por ejemplo, en nuestra estrategia de marketing automation, hay IAs integradas en las herramientas que estudiarán nuestra data y nos dirán cómo conseguir un mayor número de conversiones.
Se trata de herramientas económicas de uso diario, ya no se trata de algo solo disponible para grandes conglomerados. Además, los avances en este campo se están llevando a una velocidad de vértigo.
Gracias al aprendizaje automático o machine learning, que permite que estas inteligencias vayan aprendiendo por sí solas y optimizándose, los resultados son cada vez mejores, enfrentándose y destruyendo a la entropía.
Es decir, los sistemas no funcionarán peor con el paso del tiempo, sino que cada vez se optimizarán mejor a sí mismos, teniendo más datos de los que sacar conclusiones. La rentabilidad de los proyectos se multiplicará.
Atracción del talento adecuado

La atracción del talento es también otro de los grandes retos de las PYMEs. Es muy complicado competir en salarios con las grandes compañías, por lo que hay ofrecer otras ventajas.
Por ejemplo, la flexibilidad en los puestos de trabajos, el teletrabajo o mayores posibilidades de conciliación. Gracias a la deslocalización que permite la digitalización, se puede acceder al talento allá donde se encuentre y ofrecer puestos más interesantes.
La gestión del talento se ve mejorada con las nuevas estrategias de liderazgo transformacional, que en plena gig economy no siempre viene de dentro de la compañía. Por el contrario, cada vez es más común contar con consultores independientes que tienen cargos específicos para realizar dicha transformación o incluso dirigir un apartado a tiempo parcial.
Un CFO externo o un CMO independiente puede establecer la estrategia sin formar parte de la plantilla, con el evidente ahorro en costes que eso supone.
Para las PYMEs sus nuevos objetivos en personal pasan por ser atractivas para los grandes profesionales y poder competir de tú a tú con las empresas más punteras de su sector.
Competitividad en costes

La consultoría para PYMEs se ha especializado en buscar una mejora de la competitividad. Una de las claves fundamentales para una pequeña y mediana empresa es ofrecer ese valor añadido que le permite competir con competidores más grandes.
A la vez, tienen que diversificar, estar presente en el online y, sobre todo, tenerlo todo bajo control. Cerrar la estrategia para empresas se vuelve así un punto definitorio para no ya mantener la empresa abierta, sino además ser capaces de llegar al siguiente nivel.
Dependiendo de nuestro tipo de empresa y nuestra situación en el sector, las opciones serán diferentes. Por eso es importante contar con especialistas que estudien nuestro caso y vean en qué aspectos se puede ahorrar y ser más competitivos.
Aunque creas que lo tienes todo bajo control, siempre hay margen de mejora.
Si buscas a los mejores consultores independientes para mejorar la situación de tu PYME, podemos ayudarte. Cuéntanos tu reto y te ofrecemos varias opciones adaptadas a tu presupuesto.